Los profesionales sanitarios que trabajan en una UCC están en contacto continúo con pacientes que padecen dolor por diferentes motivos y su misión es evitar ese dolor. Un mal tratamiento del dolor soporta una serie de complicaciones que aumentan la morbilidad del paciente y junto con las alteraciones hormonales en respuesta al estrés y la repercusión del componente afectivo favorecen el insomnio y la ansiedad con lo que emperora el pronóstico del paciente.
La primera discrepancia que se encuentra el personal sanitario que atiende a un paciente con dolor es la valoración de éste por ambos, por lo tanto, la mejor forma de evaluar el dolor es preguntando al propio paciente y de esta manera realizar un mejor manejo del dolor por parte del personal sanitario, o si es un paciente sedado profundamente realizando una valoración con las escalas de sedación validadas como por ejemplo la Escala de Ramsay.
Centrándonos en el paciente crítico, en mi caso un paciente con ventilación mecánica, proporcionar una adecuada analgesia y sedación costituye una parte importante en el manejo global de estos pacientes.
Los primeros conceptos fundamentales que se deben conocer para tratar con el dolor en una unidad de cuidados críticos es la diferencia entre analgesia y sedación.
La sedación, por el contrario, disminuye de forma controlada la percepción del medio y/o dolor por parte del paciente, pero manteniendo la vía aérea permeable y la respiración espontánea. Oscila desde un estado de calma a la sedación profunda (depresión de la percepción de cualquier estímulo doloroso), en la que se observa una pérdida de reflejos protectores y que requiere un manejo adecuado de la vía aérea y la ventilación.
La analgesia alivia de la sensación de dolor sin intención de producir sedación. En cambio, los agentes analgésicos pueden producir, como efecto secundario, alteración del nivel de consciencia.
Para los pacientes que no se pueden comunicar la valoración del dolor se basa en la observación subjetiva de comportamientos (los movimientos qe presenta el paciente, su expresión facial, las postura que adopta) e indicadores fisiológicos de dolor (FC, PA y FR). Como para la sedación, para la valoración del dolor existen algunas escalas de evaluación que se basan en la expresión facial y las posturas o movimientos de las extremidades, entre otros datos.
Con la sedación lo que se quiere conseguir es el confort del paciente, mejorar la adaptación del paciente a las distintas maniobras y cuidados que va a requerir y controlar de forma exhaustiva los distintos procedimientos terapéuticos.
Una buena valoración enfermera y médica ante el dolor puede contribuir a la disminución de complicaciones acortando el tiempo de recuperación. Si se realiza una correcta administración de analgesia, además se puede evitar y prevenir la aparición de efectos secundarios dañinos.
(1) Ramos Delgado I, Samsó Sabé E. Analgesia y sedación del paciente crítico en ventilación mecániac. [revista de Internet]*2007 [acceso el 9 de abril de 2013].Disponible en: https://www.sedar.es/vieja/restringido/2007/n5_2007/7.pdf
(2) Estebanez Montiel MB, Alonso-Fernández MA, Sandiumenge A, Jiménez-Martín MJ. Sedación prolongada en UCI. Rev. Medicina Intensiva. 2008; 32 Supl 1: 19-30
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