martes, 19 de marzo de 2013

Relación con los pacientes

A veces cuando llegas al trabajo,por cualquier motivo externo a las prácticas, no tienes ganas de trabajar, vas totalmente desanimada y desmotivada. Sin embargo, hay pacientes que te consiguen sacar una sonrisa y alegrarte el día, y es en ese momento, cuando te das cuenta el valor que tiene tu carrera profesional. Es una relación mutua entre paciente y enfermera. Cuando ellos se encuentran desanimados sin ganas de continuar, con impotencia (ahora explicaré en que situaciones) o negativistas, tú como enfermera intentas subir su autoestima conversando con ellos, haciéndoles compañía, trantándoles siempre con educación o simplemente dándoles un instante de tus 7 horas de trabajo, escuchándoles. Ellos siempre te lo agradecen con un ¡Gracias sois muy amables estando aquí conmigo! o con un simple gesto de su cara.
Hoy cuando he entrado en el box 2 había un paciente que había ingresado este fin de semana y no le conocía. Nada más verte me ha recibido con una sonrisa dándome las buenas tardes. Era argentino y se dirigía a mí como "hija mía" o "niñita". Cuando le he ido a canalizar una vía venosa periférica me ha dicho que lo intentará todas las veces que lo necesitara, si fallaba, que tenía que aprender. Hemos podido mantener diferentes conversaciones a lo largo de la tarde en la cual él no dejaba de animarme y decirme que ya era una auténtica enfermera, que solamente me quedaba el último empujón. En esa situación me quedé pensando la importancia que tiene esa relación entre enfermera paciente. A pesar de mis problemas, he estado sonriendo toda la tarde.
Luego a última hora de la tarde cuando he tenido un huequecillo, he ido a ver a un paciente que lleve la semana pasada. Es un paciente con una traqueotomía que se encontraba intubado pero consciente. Cuando se dirigía a cualquier persona del equipo profesional nos costaba muchísimo entenderle y siempre nos quedábamos con la duda de qué era lo que nos quería decir. Cristina y yo intentamos que se comunicara con nosotras mediante un abecedario que le escribimos en un folio, pero en cuanto lo vio se puso a llorar. Una de las frases que le endentimos fue: "No puedo hablar con nadie porque no me entienden" y tiró el folio con muchísima rabia, con gesto de impotencia.
Sin embargo, hoy cuando he entrado en su box me he llevado una gran sorpresa porque estaba con la cánula cerrado y hablando. Me ha recibido con una sonrisa y diciendo que por fin podía hablar y le podíamos entender, entre risas y casi lágrimas. Nos ha explicado a Natalia, una de las enfermeras y a mí, que es muy duro estar rodeados de gente que te hablan y no poder hablar con ellos, cuando les entiendes perfectamente. Y a esa sensación la ha definido como IMPOTENCIA. Decía que se ha dado cuenta de los muchos amigos que tenía, mirándonos con cara sonriente, que nunca pensaba que iba a estar rodeado de tan gente que le quisiera tanto.
Una situacioón similar es la que he vivido en el box 4. Se trataba de un a paciente que se encontraba intubada y consciente. La noche anterior la habían intentado extubar; sin embargo comezó a desaturarse realizando un gran trabajo respiratorio, por lo que los intensivistas decidieron intubarla de nuevo. Su ánimo era bastaste bueno, intentaba sonreír siempre que estábamos con ella en la habitación. Además me llamaba la atención como ella misma se aspiraba las secreciones de boca , ya que las compañeras le habían habilitado la sonda de aspiración corta para que le resultara más fácil el manejo. Cuando la estaba constanteando quería decirme algo, pero no era capaz de entenderla. La dije que no se preocupara que si quería iba a por un folio (el que habíamos hecho al del box 6) para comunicarnos mejor y afirmó con la cabeza. Poco a poco iba señalándome las letras del abecedario y Javier y yo las íbamos uniendo. Su frase fue: "Rosa me ha salvado la vida", y sus ojos se llenaron de lágrimas que comenzaron a caer por sus mejillas. La agarré una de las manos y la sequé las lágrimas. Con la otra mano continuaba señalando las letras para darnos las GRACIAS.
Estas situaciones me confirman que no me he equivocado al elegir carrera y que cada día voy avanzando tanto profesional como personalmente. Profesionalmente porque no paro de aprender cosas técnicas y a relacionarme con el equipo que trabajo cada día. Y personalmente, porque me estoy llevando un poquito de cada paciente y enfermeros que me hacen ser mejor persona y a tratar a cada uno según la situación en la que se encuentren, empatizando con ellos.
    ¡¡¡¡¡¡ Quiero ser una gran enfermera y cuento ya los días para acabar mi carrera!!!

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